viernes, 25 de abril de 2008

Sant Jordi_2008


Camino a la biblioteca. Sant Jordi, día de primavera, ríos de gente. El ritual consiste en pasear, comprar una rosa, un libro o las dos cosas, para regalar a las personas queridas, familiares y amigos. Yo pasee, no compre libros ni rosas, tampoco me regalaron nada, pero como ejercicio observe como la gente celebraba este día y pensando un poco en Georges Perec y sus Especies de Espacios, baje por paseo de gracia, despacio, casi torpemente, obligándome a percibir lo más evidente. Puestos de libros a lado y lado de la calle, rosas en cada esquina, y millones de personas que iban y venían, ¿De donde? ¿Hacia donde?..... Cuando veía un chico con una rosa, intentaba imaginarme que clase de chica lo estaría esperando con un libro y por el contrario, cuando veía una chica con una rosa recreaba al chico que debió regalársela. Pero lo que más me intereso de la tradición, era como las rosas recorrían la ciudad de maneras insospechadas, en una mochila, en una bolsa, o en las manos; todos tenían maneras diferentes de llevarlas. Me pare en una esquina y me dedique a fotografiar las rosas que iban y venían. Así pase la tarde antes de llegar a la biblioteca, un trayecto que normalmente hago en treinta minutos, se convirtió en un paseo de dos horas. Dos horas observando la gente. Más que la gente, las ROSAS.

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