miércoles, 13 de agosto de 2008

Blusa blanca, falda escocesa, medias blancas y zapatos rojos

El uniforme... me ponía el uniforme otra vez, camisa blanca, falda escocesa, medias blancas, zapatos rojos.
El armario, siempre desordenado, no encontraba las medias blancas. Me enfadaba, le preguntaba a nena, a mi mama le decía que teníamos que comprar medias blancas para este tipo de ocasiones (¿Qué ocasiones? me pregunto yo ahora). Las únicas que había estaban mojadas, Anita se las había puesto un par de días antes para ir al colegio, ¿Cómo es posible que solo tengamos un par de medias blancas para las dos? Y ahí estaba yo en mi sueño, buscando las medias blancas, de uniforme, para ir al colegio…

Siempre el colegio

Los recuerdos del colegio suelen visitarme repetitivamente en mis sueños. El bosque que limitaba con el club el campestre, el entablado, el salón de desarrollo sensorial, el bloque nuevo, los salones de preescolar…
Anoche, el colegio de mis sueños, era distinto; niños y niñas corrían por la manga, séptimo, no quedaba en el bloque nuevo, lo habían trasladado a los salones de arriba, los que dan al museo al castillo. Junto a recepción, un bloque gigante, el parque de las golosas había triplicado su tamaño y desde la pasarela, apenas se podía ver la iglesia al fondo… Las salita de profesoras de dibujo estaba clausurada y no podía encontrar a Rosita ni a Florencia.
Después empezaron a mezclarse los recuerdos de ayer y de hoy, Luca sentado en unas mesitas que estaban afuera de los salones nuevos junto a recepción, bebíamos cerveza, ¿seguro estábamos en el gimnasio los pinares?
En los sueños aparecen personajes en lugares equivocados, es como si se hubieras equivocado de set, a veces en la universidad, aparecen compañeras del colegio y viceversa, en el colegio, aparecen mis compañeros de universidad… ahora Luca.

¿Por que sueño tanto con el colegio? ¿Qué intenta decirme mi inconsciente? ¿Qué hay detrás de todos esos recuerdos?

Al repasar libretas y cuadernos viejos, leo mis sueños. Tenia una siquiatra que me hacia escribirlos todos, era un buen ejercicio para exorcizar fantasmas, pero lo que me sorprende es que los sueños de hace ya casi 7 años no difieren mucho de los de ahora, siempre el colegio… siempre el colegio.